Un caso médico raro
- drfernandamdo
- 18 jun
- 3 Min. de lectura
Niña de 12 años, ingresada en psiquiatría con diagnóstico de “psicosis aguda” que no respondía a antipsicóticos y empeoraba cada día. Pero lo que tenía no estaba en su mente. ¿En dónde estaba?
Esta paciente no es mi paciente. Los casos raros también se reportan en la literatura médica, es importante hacerlo para que si alguna vez, ves algo parecido, lo identifiques.
Aquí les dejo el link del artículo que leí para hacer este resumen:
Entonces, retomando...
La paciente tenía alucinaciones auditivas, cambios emocionales intensos, estaba desorientada y cuando llegó al hospital, lloraba sin parar. Sin fiebre. Sin infecciones. Sin tóxicos. Todos los exámenes de sangre salían normales. Por eso es que la ingresaron en psiquiatría.
Durante 3 días recibió antipsicóticos y ninguno funcionó. Se volvió incontinente, no podía hablar, no tragaba. Cuando regresó a urgencias, ya no respondía a estímulos. Y entonces alguien pensó: ¿y si no es psiquiátrico?
La resonancia cerebral era normal, pero le hicieron una punción lumbar y el LCR mostró inflamación. Mientras esperaban resultados, la niña empeoró tanto que la tuvieron que intubar. Los médicos pensaron un poco más, sonaba a una encefalitis autoinmune.
Pidieron estudios de otras partes del cuerpo y en una ecografía vieron algo en el ovario. La llevaron a cirugía y se encontraron con un teratoma ovárico de 11 cm. Un teratoma es un tumor benigno, lleno de tejidos diversos… incluido tejido cerebral. Este tejido expresaba receptores NMDAR (NR1), lo que activó su sistema inmune que atacó el tejido del teratoma y del cerebro.
Días después, llegaron los resultados completos. Había Anticuerpos anti-NMDAR positivos y se confirmó el diagnóstico: encefalitis anti-NMDAR paraneoplásica. Una enfermedad autoinmune grave, tratable, pero frecuentemente mal diagnosticada como trastorno psiquiátrico.
En mujeres jóvenes, hasta el 40% de las encefalitis anti-NMDAR tienen un teratoma como detonante. El tiempo es importantísimo. El tiempo es cerebro. Y útero. Y ovario. Y para llegar a ese diagnóstico… Hay que sospecharlo.
Y aquí viene una reflexión, les pido que abran la mente un poco: La medicina no es neutral. La medicina sin perspectiva de género no ve ovarios en un cerebro inflamado. Ni cuestiona si una niña de 12 años necesita algo más que antipsicóticos. La medicina sin perspectiva de género no habría pedido esa ecografía y no habría salvado su vida.
Esta historia no es única y pienso que ayuda a reflexionar: A las mujeres se les sigue etiquetando de “histéricas”, “psicóticas”, “inestables”… cuando en realidad, podría ser una inmunología mal entendida. ¿Cuántas mujeres habrán tenido esta enfermedad en el pasado?
Y por cierto, tener perspectiva de género no es pelear hombres vs mujeres. “La perspectiva de género es un enfoque analítico y conceptual que busca comprender las relaciones de poder y las desigualdades sociales basadas en el género, promoviendo la igualdad y la equidad entre hombres y mujeres. Permite identificar y cuestionar la discriminación, la desigualdad y la exclusión hacia las mujeres y otras identidades de género”. Es solo sospechar que tal vez, tu paciente chica con útero podría tener otra cosa.
es común confundir "género" con "identidad de género" y "enfoque de género" con "ideología". El enfoque de género en medicina no dice que una persona con próstata sea mujer. Dice que el sexo y el género influyen en el acceso, diagnóstico, tratamiento y pronóstico de enfermedades. Y esto incluye hombres.
Sí, el enfoque de género también ayuda a descartar enfermedades y tratar síntomas que podrían ser más prevalentes por ser hombre. Un ejemplo: no asumir que los hombres aguantan más el dolor y darles analgesia rápido. Eso es enfoque de género.
Si eres médico, ¿Te enseñaron a pensar en encefalitis autoinmune en urgencias? ¿Sabías que un tumor ovárico puede causar psicosis?
Y por último, hay una peli en Netflix que se llama “Brain on Fire” es la historia real de una periodista que sufrió esta enfermedad. No está taaaaan buena, pero vaya…
Escrito por: Fernanda Montes de Oca


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